Un montón de gente se pierde parte de su propia felicidad, no porque nunca la encontraron, sino porque no se detuvieron a disfrutar de ella.
Un montón de gente se pierde parte de su propia felicidad, no porque nunca la encontraron, sino porque no se detuvieron a disfrutar de ella.
Un montón de gente se pierde parte de su propia felicidad, no porque nunca la encontraron, sino porque no se detuvieron a disfrutar de ella.
Un montón de gente se pierde parte de su propia felicidad, no porque nunca la encontraron, sino porque no se detuvieron a disfrutar de ella.