Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños
Georg Christoph LichtenbergLos grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños
Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños
Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños