Los hombres se vuelven más civilizados no en proporción a su deseo por creer, sino en proporción a su buena disposición a dudar
Henry-Louis MenckenLos hombres se vuelven más civilizados no en proporción a su deseo por creer, sino en proporción a su buena disposición a dudar
Los hombres se vuelven más civilizados no en proporción a su deseo por creer, sino en proporción a su buena disposición a dudar
Los hombres se vuelven más civilizados no en proporción a su deseo por creer, sino en proporción a su buena disposición a dudar