Dios sale al encuentro de quien le busca con amor y por amor, y se hurta de quien le inquiere por la fría razón... Y así, la ciencia sin amor nos aparta de Dios, y el amor, aún sin ciencia y acaso mejor sin ella, nos lleva a Dios: y por Dios a la sabiduría... Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño y su mano invisible e intangible que me trae y me lleva y me estruja, por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino, y me hace sentir el empuje de una fuerza consciente, soberana y amorosa
Dios sale al encuentro de quien le busca con amor y por amor, y se hurta de quien le inquiere por la fría razón... Y así, la ciencia sin amor nos aparta de Dios, y el amor, aún sin ciencia y acaso mejor sin ella, nos lleva a Dios: y por Dios a la sabiduría... Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño y su mano invisible e intangible que me trae y me lleva y me estruja, por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino, y me hace sentir el empuje de una fuerza consciente, soberana y amorosa
Dios sale al encuentro de quien le busca con amor y por amor, y se hurta de quien le inquiere por la fría razón... Y así, la ciencia sin amor nos aparta de Dios, y el amor, aún sin ciencia y acaso mejor sin ella, nos lleva a Dios: y por Dios a la sabiduría... Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño y su mano invisible e intangible que me trae y me lleva y me estruja, por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino, y me hace sentir el empuje de una fuerza consciente, soberana y amorosa
Dios sale al encuentro de quien le busca con amor y por amor, y se hurta de quien le inquiere por la fría razón... Y así, la ciencia sin amor nos aparta de Dios, y el amor, aún sin ciencia y acaso mejor sin ella, nos lleva a Dios: y por Dios a la sabiduría... Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño y su mano invisible e intangible que me trae y me lleva y me estruja, por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino, y me hace sentir el empuje de una fuerza consciente, soberana y amorosa