(…) el bien y el mal, felicidad y sufrimiento, son pares de opuestos interdependientes sin los cuales no puede haber vida alguna en este mundo. Sin embargo, LA MENTE no acepta la polaridad, la interdependencia de los opuestos, como lo bello y lo feo, el bien y el mal, etc., creando así el dualismo y el conflicto entre los opuestos.