Entre ella y él se había situado el asiduo compañero de las almas enfermas, de los corazones heridos, de los espíritus al final de todo: el aburrimiento
Alejandro DumasEntre ella y él se había situado el asiduo compañero de las almas enfermas, de los corazones heridos, de los espíritus al final de todo: el aburrimiento
Entre ella y él se había situado el asiduo compañero de las almas enfermas, de los corazones heridos, de los espíritus al final de todo: el aburrimiento
Entre ella y él se había situado el asiduo compañero de las almas enfermas, de los corazones heridos, de los espíritus al final de todo: el aburrimiento