Cuando usted entra en un país de libertades y derechos, no sólo goza de esas ventajas, tiene también las mismas obligaciones que los demás. Lo que este país tiene lo han conquistado sus habitantes con su esfuerzo y su sudor, sea un parque, sea lo que sea. Un país, un barrio, una escalera nunca pueden gobernarse con las normas del último que llega
Celestino CorbachoCuando usted entra en un país de libertades y derechos, no sólo goza de esas ventajas, tiene también las mismas obligaciones que los demás. Lo que este país tiene lo han conquistado sus habitantes con su esfuerzo y su sudor, sea un parque, sea lo que sea. Un país, un barrio, una escalera nunca pueden gobernarse con las normas del último que llega
Cuando usted entra en un país de libertades y derechos, no sólo goza de esas ventajas, tiene también las mismas obligaciones que los demás. Lo que este país tiene lo han conquistado sus habitantes con su esfuerzo y su sudor, sea un parque, sea lo que sea. Un país, un barrio, una escalera nunca pueden gobernarse con las normas del último que llega
Cuando usted entra en un país de libertades y derechos, no sólo goza de esas ventajas, tiene también las mismas obligaciones que los demás. Lo que este país tiene lo han conquistado sus habitantes con su esfuerzo y su sudor, sea un parque, sea lo que sea. Un país, un barrio, una escalera nunca pueden gobernarse con las normas del último que llega