Jesús te acepta como eres, pero jamás te deja igual. Él aborrece el pecado, pero ama al pecador.
Jesús te acepta como eres, pero jamás te deja igual. Él aborrece el pecado, pero ama al pecador.
Jesús te acepta como eres, pero jamás te deja igual. Él aborrece el pecado, pero ama al pecador.
Jesús te acepta como eres, pero jamás te deja igual. Él aborrece el pecado, pero ama al pecador.