Dios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días
Samuel JohnsonDios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días
Dios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días
Dios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días