EL amor no es ingobernable en sus primeras manifestaciones, y mientras sea gobernable debería serlo por la razón y el sentido común.
Arnold SchwarzeneggerEL amor no es ingobernable en sus primeras manifestaciones, y mientras sea gobernable debería serlo por la razón y el sentido común.
EL amor no es ingobernable en sus primeras manifestaciones, y mientras sea gobernable debería serlo por la razón y el sentido común.
EL amor no es ingobernable en sus primeras manifestaciones, y mientras sea gobernable debería serlo por la razón y el sentido común.