Cuando ya del destino me quejaba sólo un bien me rescataba, una ventura y eras tú, madre mía, tú, mi amor, mi esperanza, mi alegría.
Clemente de RomaCuando ya del destino me quejaba sólo un bien me rescataba, una ventura y eras tú, madre mía, tú, mi amor, mi esperanza, mi alegría.
Cuando ya del destino me quejaba sólo un bien me rescataba, una ventura y eras tú, madre mía, tú, mi amor, mi esperanza, mi alegría.
Cuando ya del destino me quejaba sólo un bien me rescataba, una ventura y eras tú, madre mía, tú, mi amor, mi esperanza, mi alegría.